Fuí a ver Suicide Squad con gran expectativa, conciente de que ésta ola de películas de superhéroes, películas grandes, caras, llenas de efectos, actores estrellas y con un campañas millonarias de marketing, responden a ciertas formulas predecibles y repetitivas, su público objetivo son los menores y amantes de los comics y estan diseñadas para tener miles de secuelas o estar conectadas con otras películas parecidas. De que se puede sacar algo con valor artístico, cultural, intelectual, es posible. La trilogía de Batman de Christopher Nolan hizo un gran trabajo ahí.
Muy conciente de que no íba a ver a Fellini o Scorsese, fuí al cine con la actitud abierta a ser entretenido. Hay tiempo para todo, pensé. Y tambien viene el elemento de “nostalgia” (al que los estudios de cine le están dando duro ahora).
Aparte, los avances mostraban que la película iba a ir más allá en madurez, en lo oscura que podía llegar a ser. Íbamos a tener por primera vez a Harley Quinn, la novia del Guasón, en una película, e iba a ser incredible. Las campañas publicitarias se encargaron de dejarlo claro.
Empezaron a correr algunos rumores durante su campaña de marketing. Jared Leto, que hace del Guasón, le enviaba regalos a sus compañeros de reparto, condones usados, animales muertos. Había llevado “él método” de actuación al extremo. Se decía que iba a ser la prímera película del Universo DC para mayores de 17 años, dijeron que mantenían un terapista en el set para mantener a los actores con los pies en la tierra y que no se repita una triste historia como la de Heath Ledger.
La expectativa era gigantesca, los avances mostraban que la película tenía una estética única, que en realidad iba a ser muy oscura. Poco a poco, aunque siguen siendo formulas clásicas las de éstas historias, este tipo de personajes se van volviendo más y más complejos y al parecer, Suicide Squad estaba a punto de ser la que llegue a crear un balance entre algo complejo y secuencias de acción. Así la presentaban los avances.
Todo fue una farsa.
Todo fue un pastiche sin sentido, sin una idea clara de cual era la historia que se quería contar, recibimos una película repetitiva, monótona, que no se despegó para nada de las formulas tradicionales, sacada de la estética videoclip. Vacía.
Se nota cuando una película pasa por muchas manos para llegar a un resultado final, el montaje en general parece un macheteo despiadado de algo que tenía mucho potencial, el negocio mata el arte, y la película dejó de ser algo arriesgado, nuevo o único. No fue para mayores de 17, sino mayores de 13. Bajando el tono con la cual se había conceptualizado. Pasó por manos de muchos editores, existía la presión de llegar a la fecha de estreno, regrabaron escenas para bajarle el tono oscuro en general, meter más acción y más chistes. La Warner en general, dio marcha atrás en lo que en un principio iba a ser ésta peli.
Salió a la luz, gracias a las declaraciones de Jared Leto, que gran porcentaje de la escenas del Guasón fueron cortadas.
La gran mayoría de las secuencias presentadas en los avances, no estaban en el producto final. Incluso existe una demanda por parte de un simple mortal en contra de la Warner, por su “publicidad engañosa”, por lo que le costó viajar al cine más cercano y la humillación que recibió al pedir su dinero de vuelta, porque la película no era como en el avance.
Fue un éxito de taquilla, es verdad. Pero no significa calidad, simplemente que es lo que podría llamarse una “película evento”. Hasta cuando pueden repetir esos engaños y hacer que la gente salga de su casa y vaya al cine a decepcionarse. Se vienen muchas películas parecidas, cada vez son más, extraño que lo estudios esperen que la gente vaya al cine a ver estas superproducciones cada semana, con los precios de las entradas subiendo alrededor del mundo, crisis y con la existencia de nuevas plataformas para ver contenidos de otras formas.
George Lucas y Steven Spielberg comentaban hace poco que Hollywood se acerca a un implosion, cada vez las películas son más caras y necesitan tener mucha parafernalia y marketing para que en serio valga la pena o hacer creer que vale la pena salir de tu casa e ir a verla al cine, esto hacer que los estudios no arriesguen en su contenido. Lucas y Spielberg afirman que va a llegar el momento, con tantas mega producciones saliendo al mismo tiempo, que muchas de éstas fracasen en taquilla.
La television por cable y online ha respondido bien a todo esto, son más “aventureros” en lo que hacen, con cosas más complejas, personajes más estructurados. Creo que la ola de series que se produjeron durante la decada anterior y lo que va de ésta ha cambiado mucho la forma de consumir historias, no dependiendo de efectos sino en personajes, en giros inesperados. Creo que ver cosas como Sopranos, Daredevil, Game of Thrones, Stranger Things; hace que algo como Suicide Squad se sienta aún más vacía. Al parecer el camino es más Netflix, HBO y menos cine.
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