Por Berenice Benites

“Common People” es, sin duda, el mejor episodio de Black Mirror en años. Un regreso a sus raíces más oscuras, incómodas y profundamente críticas. Charlie Brooker retoma esa esencia que hizo grande a la serie: una mezcla de humor negro, distopía demasiado cercana y una crítica social que no necesita exagerar demasiado para resultar aterradora.
La historia nos pone frente a un mundo donde la sanidad privada y los modelos de suscripción son llevados al extremo… aunque lo más inquietante es que no suena tan lejano a lo que ya vivimos. La sátira es tan precisa que deja una incomodidad constante: no estamos viendo ciencia ficción, sino una versión apenas amplificada de nuestra realidad actual.
Aunque la trama emocional podría haberse desarrollado más, el mensaje es claro y contundente: no se trata del futuro, sino del presente. El capítulo funciona como un espejo brutal que nos devuelve una pregunta incómoda.
Después de tantas temporadas desconectadas del espíritu original, Black Mirror vuelve con fuerza, haciendo lo que mejor sabe hacer: incomodarnos, hacernos pensar, y dejarnos con la sensación de que tal vez ya vivimos dentro del episodio.
¿Hasta qué punto estamos dispuestos a entregar nuestro bienestar, nuestras decisiones y hasta nuestra salud al sistema, con tal de sentir que tenemos el control?
Posdata, sabemos que no es un libro pero vale la pena ver esta joya .
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Sobre el autor

Berenice Benites
Abogada. Todo se trata de equilibrio. Mi error? Ser mano derecha enamorada del guante izquierdo. Mi lema? Que todo fluya, que nada influya.
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