Por Camila Chirino

«Somos esa generación que en su infancia dejaba el mejor sitio de la mesa para el padre y que ahora se lo deja al hijo. Eso somos», dice Javier, el padre.
«La adolescencia puede ser un infierno. Basta con el cielo de los otros. Es suficiente con que te los imagines más felices y más guapos que tú y sin el nudo que sientes dentro», dice Inés, la hija.
Califica la crítica e interactúa en nuestra comunidad. La valoración es sobre 5 puntos.
Sobre el autor
